Cuando pasados los años 60 los grandes guitarristas del momento usaban otras marcas para tocar, Jimi Hendrix decidió comenzar a usar la Fender Stratocaster, para regalarnos momentos inolvidables, como aquel concierto en el Festival de Woodstock, en 1969…
En muchos casos asociamos un músico de época con una guitarra con la que ofreció millares de espectáculos por todo el mundo. Y en la época de los 60, cuando guitarristas de la talla de Jimmy Page, Paul Kossoff o Jeff Beck se decantaban por la Les Paul Standard, Hendrix decidió coger el camino contrario.
La Fender Stratocaster fue concebida una década antes, concretamente en 1954. Leo Fender, su creador, realizó este modelo como una evolución natural del modelo Telecaster. Antes que el propio Hendrix se decidiera a tocarla, uno de los pioneros del Rock&Roll, el gran Buddy Holly ya había comenzado a usar la Stratocaster, pero fue Hendrix quien la elevó a los altares.
Pero como toda relación de amor, siempre hay algo que tienes que solucionar para continuar juntos. Y esto es lo que tuvieron que hacer Hendrix y la Stratocaster para seguir con su idilio. El guitarrista era zurdo, y en ese momento, el modelo de Fender sólo se había fabricado para músicos diestros.
Así pues, Fender decidió voltear el modelo para que Hendrix pudiera tocarlo. Le cambiaron las cuerdas para que se pudiera acoplar y así la relación pudo continuar, naciendo así un nuevo modelo. Durante el camino que anduvieron de la mano, Hendrix tuvo claro que su modelo era el de la década de los 60 por su mayor cabezal, que le daba mejor sustain.
La primera de Jimi en Estados Unidos
Todo apasionado al Rock recuerda o le han contado aquel gran Festival de Pop Internacional, que tuvo lugar en Monterey, California durante el verano de 1967. Jimi Hendrix tuvo la primera oportunidad grande de tocar en Estados Unidos, y le bastaron 30 minutos para poner a todo el público en pie.
Hendrix sí había hecho sus primeros conciertos con bandas por Estados Unidos, pero su gran momento llegó en Monterey, después de haber conquistado Europa. Durante los primeros compases del Festival, el propio Hendrix con The Who pelearon por quien iba a tocar primero porque en su cabeza estaba que quien subiera al escenario primero encandilaría al público y eclipsaría lo posterior.
De hecho, fueron The Who quien se llevaron el sorteo y Hendrix tuvo que tocar después. A Jimi no le importó y brindó un espectáculo inimaginable, concluyendo con su Fender ardiendo y la multitud alucinada ante tal hito.
El concierto tocaba a su fin y Hendrix y su banda se reservaron uno de sus mejores temas, “Wild Thing”, para finalizar su actuación. Fue entonces cuando el genial guitarrista cogió un líquido inflamable, lo roció por Fender Stratocaster y con un mechero prendió una llama para dejar en shock a todo el público del festival.
Y todo ese espectáculo tuvo la suerte de vivirlo un joven de 17 años, llamado Ed Caraeff. El chico, que llevaba todo el festival con su cámara de fotos al hombro captando aquello que quería recordar siempre, decidió gastar su última bala, su última captura en el momento que la Stratocaster de Hendrix prendía. Para muchos, aquella fotografía ha sido, es y será una de las instantáneas del Rock&Roll.
Dos años después, en Woodstock…
Un año después de que su Fender Stratocaster echara humo en el Festival de Monterey, Hendrix acudió a una de las tiendas fetiches de guitarras en Nueva York, “Manny’s Music” para adquirir una idéntica a la anterior. Se decantó por una Fender American Standard, cuyo número de serie era 24098.
Su acabado Olympic White, su cuerpo de madera de aliso y el mástil de una pieza de arce con diapasón de arce enamoraron al guitarrista, y decidió que esa Fender American Standard sería su nueva compañera de viaje.
Pero algo había cambiado en Hendrix. Jimi, más conocido por su trato rebelde hacia sus guitarras, cogió un cariño especial a la American Standard y la mimó y la cuido como a ninguna anteriormente.
Y un año después, ya en 1969, cuando Hendrix ya era uno de los ídolos para el rock en Estados Unidos, tuvo el placer de acudir al Festival de Música y Artes de Woodstock, y llevó, bajo su brazo a su fiel compañera. Allí deleitó a su público con sus enérgicas canciones, y decidió finalizar su actuación con su versión del himno americano “The Star-Spangled Banner”. Este momento quedó grabado en la memoria de todos allí presentes, pues fue tal la fundición entre Hendrix y su Fender, fue tal la conexión, que el público quedó embelesado.
La separación de Hendrix y su Fender
Después del gran espectáculo, Hendrix estuvo un año más tocando con su amada Fender American Vintage, actualmente Fender American Original, y en 1970, decidió regalársela a su batería Mitch Mitchell. Su gran amigo tuvo la guitarra en su poder hasta 1990, cuando la subastó por una cifra que alcanzó los 275.000 euros. La adquirió Gabriele Ansaloni, quién la vendió pasados unos años a Paul Allen, uno de los fundadores de Microsoft por un dinero que nunca conoceremos.
Se rumorea que se llegó a pagar 2 millones de dólares por la guitarra, que en la actualidad se encuentra expuesta en el museo The Experience Music Project, en Seattle.
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